jueves, 11 de junio de 2009

Herman Hesse, how do you know me so well?

I found a book of poems and prose written by Herman Hesse in my living room. It´s missing the cover, and most of the first prose piece. The last page of the first piece, titled Casa de labor, resonates in me:

"Desde las montañas sopla una húmeda ráfaga; al otro lado, azules y celestes islas contemplan nuestras tierras. Bajo aquellos cielos seré feliz a menudo, y también a menudo sentiré la nostalgia del hogar. El perfecto representante de mi especie, el vagabundo puro, no debería conocer esta nostalgia. Yo la conozco, no soy perfecto, y tampoco pretendo serlo. Quiero saborear mi nostalgia como saboreo a mis amigos.

Este viento hacia el que trepo tiene una maravillosa fragancia de lejanía y de otro mundo, de aguas divisorias y fronteras lingüisticas, de sur y de montañas. Está lleno de promesas.

¡Adios, pequeña casa de labor y paisaje de la patria! Me despido de vosotros como un adolescente de su madre: sabe que ya le ha llegado la hora de separarse de ella, y sabe también que nunca podrá abandonarla del todo, aunque tal fuera su deseo."

I can relate to this piece for obvious reasons of having left my "home" (home is in many different places, in feelings, in moments) in search of something new in Spain. Me siento algo vagabunda por la necesidad que tengo de conocer lugares nuevos, pero no con fines turisticos, no. Viajo por descubrimiento personal, por acercarme a la esencia de la vida, lo cual no se encuentra en el vorágine de la vida cotidiana sin reflexión. Por vivir más plena una media hora en el campo, la ruta, el lago, que meses metida dentro de la vida occidental capitalista.

Realmente no siento nostalgia por mi vida en Estados Unidos. Siento la necesidad de conectar con mis amigos, mi familia, mis orígenes, mi cultura tan mestiza, tan normalizada en ciudades como Los Angeles o San Diego.

La nostalgia que siento es de lugares donde me he sentido viva, vital, humilde, simple...de viajes en el sur argentino, sintiendo el viento soplando sobre el Lago Lacar, mirando el Cerro Piltriquitron, temblando del frío en el Lago Puelo. De mirar el paisaje suroeste de Bolivia, completamente maravillada, sintiendome en una burbuja de luz, nubes y aire.

Ya volveré a esa lejanía. Es más natural que respirar. Es involuntario. Es volver al corazón.

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